La Jefatura de la Policía de Corrientes ha dispuesto la realización de exámenes de salud mental para todos sus efectivos, luego de una serie de incidentes de violencia extrema relacionados presuntamente con problemas de estabilidad psicológica. Estos exámenes se realizan con el objetivo de determinar la aptitud de los integrantes de la institución.
Según informes, casos de abuso de armas, violencia verbal, acusaciones de tormentos y otros excesos protagonizados por miembros de la Policía de Corrientes en los últimos meses han llevado a esta decisión. Los estudios médicos deben ser presentados en un plazo máximo de 45 días a partir de la fecha de la orden, la cual fue comunicada a través de un memorándum firmado por el comisario general Alberto Arnaldo Molina.
Los exámenes incluirán evaluaciones de control de impulso y manejo del estrés, entre otros aspectos, y serán realizados por especialistas externos a la institución. Aunque la medida no sorprendió completamente a los efectivos, representa una carga financiera adicional ya que deben costearse de manera privada.
Los antecedentes recientes de comportamiento irregular dentro de la fuerza, como el caso del oficial David Medina que asesinó al hijo de un colega en un episodio violento, han generado una alarma significativa tanto dentro de la Policía como en la población en general. Otros incidentes, como abusos sexuales, torturas, apremios injustificados y presuntos vínculos con el comercio de drogas, han aumentado la preocupación sobre la idoneidad de los agentes encargados de mantener el orden y la seguridad pública.
