Héroes sin descanso | ¡Gracias, Bomberos Voluntarios de Mercedes!

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Hay sonidos que marcan nuestras vidas. El canto de los pájaros al amanecer, el repique de las campanas en la iglesia, el murmullo del viento entre los árboles… y el aullido de una sirena que rompe la calma. Es el llamado de emergencia. Es la señal de que alguien necesita ayuda. Y cuando esa sirena suena, ellos responden.

Los Bomberos Voluntarios de Mercedes no tienen horario. No tienen feriados. No tienen días de descanso. Sin importar la hora o el clima, están siempre en alerta. Haga frío o calor, llueva o truene, sea de madrugada o en plena tarde, ellos dejan todo y salen al encuentro del deber.

Lo hacen sin esperar nada a cambio. No reciben un sueldo. No perciben ningún beneficio. Son voluntarios, pero jamás ausentes.

Cuando suena el 100, los vemos correr hacia el cuartel. Algunos dejan su comida a medias, otros se levantan de un sueño interrumpido, algunos dejan a su familia, besan a sus hijos y salen con el corazón apretado, sabiendo que los esperan horas de riesgo y esfuerzo. Algunos llegan en bicicleta, otros caminando, otros en moto o auto, pero todos con un mismo objetivo: ayudar.

Una vocación de entrega infinita

No importa si es un incendio voraz consumiendo campos y viviendas, un accidente de tránsito con heridos, un escape de gas o, incluso, un pequeño gatito atrapado en lo alto de un árbol. Para ellos, cada vida cuenta. Cada llamado es importante. Cada misión es urgente.

En nuestra memoria aún arde el recuerdo de la catástrofe forestal que azotó Corrientes y Mercedes años atrás. Los campos en llamas, el humo cubriendo el cielo, el cansancio dibujado en los rostros de nuestros bomberos. Durante días y noches enteras, sin descanso, sin pausa, sin tregua, lucharon contra el fuego que parecía no tener fin. Agotados, con las ropas chamuscadas y las manos llenas de heridas, nunca bajaron los brazos. Dieron todo.

Y hoy, en este verano 2025, una vez más están allí. Siempre listos. Siempre alerta. La sirena vuelve a sonar, y ellos vuelven a salir. El calor extremo, la sequía, los incendios que amenazan otra vez nuestros campos y hogares. Pero ahí están, como siempre, sin pedir nada, sin esperar aplausos ni reconocimientos.

Injustamente criticados, pero jamás vencidos

A veces, los olvidamos. A veces, los criticamos sin entender la magnitud de su esfuerzo. Nos acostumbramos a que estén ahí y no valoramos el sacrificio que hacen. Pero es momento de recordar que no tienen un sueldo, que no cuentan con grandes recursos, que dependen de la solidaridad de la comunidad y que, sin embargo, jamás fallan.

Por eso, desde lo más profundo del corazón de Mercedes, queremos decirles:

💛 ¡GRACIAS! Gracias por cada incendio apagado, por cada vida salvada, por cada accidente asistido, por cada animal rescatado. Gracias por su valor, por su sacrificio, por su amor incondicional a esta comunidad.

Son nuestros héroes. Son los guardianes silenciosos de nuestras calles y campos. Son los que responden cuando todos corren en dirección contraria.

¡Gracias, Bomberos Voluntarios de Mercedes!

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